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El Burgo acoge este fin de semana una feria de trufa fresca

Isabel G. Villaroel. 

A mediados de este mes de marzo finaliza la recolección de la trufa negra en el campo, y en plantación lo hará el 31 de marzo. Una campaña que al principio arrancaba buena pero que los cambios bruscos de temperatura y el exceso de agua ha hecho que termine notablemente floja.

“Incluso se ha cortado la producción en muchas plantaciones de la provincia debido a las altas temperaturas del mes de febrero”, según explica José Manuel Pérez, responsable de Comunicación de la asociación de Truficultores de Soria. La asociación ha organizado para este fin de semana un mercado de venta de trufa fresca. Se celebra en la plaza mayor de El Burgo de Osma el sábado en jornada de mañana y tarde, y el domingo hasta las dos y media, “como una oportunidad para comprar la mejor trufa negra de Soria a la vez que se promociona turísticamente la zona además de otros productos alimentarios de tierras de El Burgo, al estilo de lo que se hace en Alba con la Trufa Blanca”. La idea es replicar este mercado en otros municipios a partir de la próxima campaña, “pero este año ya no nos ha dado tiempo”.

Los hosteleros de Soria hace años que reclaman una lonja donde comprar trufa negra con precios oficiales y calidades definidas, para eliminar el oscurantismo al que tradicionalmente se ha sometido la compra-venta del hongo negro. “Es un proyecto con el que coincidimos todos los truficultores y todos sectores pero que nadie ha querido capitenear y para nosotros es imposible poder llevar y gestionar una lonja”.

Lo mismo ocurre con la marca de garantía Trufa Negra de Soria, sobre la que se sigue trabajando con la Diputación, pero se acaba el tiempo. Es necesario tomar una decisión y ponerla en marcha antes de que la Junta de Castilla y León apruebe la marca de garantía Trufa Negra de Castilla y León. José Manuel Pérez insiste en que “solo faltan los últimos trámites y ponerlo en funcionamiento que, como siempre, el primer paso es el más complejo”. El precio actual del kilo de trufa para el consumidor final se mueve entre 700 y 800 euros, mientras que los truficultores han vendido a 350 euros el kilo en las últimas semanas.